El manitas de mi padre
En mi casa nunca entraba un electricista ni un fontanero: mi padre lo arreglaba todo o, al menos, lo intentaba arreglar. Mi madre estaba un poco hasta la coronilla, porque si bien es cierto que casi siempre se salía con la suya, también es verdad que sus procedimientos no eran muy ortodoxos, por decirlo así. Nunca heredé la habilidad de mi padre como manitas, así que cuando se estropea algo en casa, yo sí debo llamar a alguien. Pero hace poco mi padre pasó unos días en mi casa y…read more