Rosas preservadas 

Posted by in Flores y plantas

Todos los años, desde hace bastante tiempo, regalo una rosa preservada a mi mujer. Y todos los años me digo que quizás sea hora de cambiar, pero luego no me atrevo, supongo que será una cuestión de superstición. Aunque no creo mucho en esas cosas, siempre pienso: si hasta ahora ha ido bien así, para qué cambiar. Entonces pongo una balanza el coste de la rosa y lo que supone para nosotros y siempre gana el segundo.

Y es que las flores tienen un coste que hay que considerar, pero también hay que valorar el tiempo y trabajo que llevan, por ejemplo, estas flores especiales que podemos encontrar en la Floristeria online. Antes de conocerlas yo regalaba la clásica rosa fresca. Tiene su sentido porque estas flores hay que mantenerlas y cuidarlas. Pero, por una razón u otra, siempre solían acabar marchitándose antes de tiempo. Y fue así como encontré las rosas preservadas.

Son flores naturales que han pasado por un tratamiento especial que las conserva en un estado aparentemente fresco. Sin duda, parecen un regalo ideal en los tiempos que corren en los que parece que nadie tiene tiempo para “cuidar” nada, todo el rato de aquí para allá. Al principio, desconfié de estas rosas porque tenía la sensación de que iba a ser algo concebido como “falso”. Casi como regalar esas plantas o flores de mentira que venden en los grandes almacenes.

Pero cuando regalé la primera flor de este tipo, cambié de opinión. Fue ya hace varios años, como seis o siete. Se trataba de una rosa púrpura, de un color precioso a mi modo de ver y que gustó mucho a mi pareja. No le pareció algo “falso” como yo pensaba, si no que le encantó. La colocamos en un jarrón muy bonito y ahí se quedó. Pero lo mejor vino después. Tal y como me indicaron en la floristería online, no precisaba de mantenimiento ni agua. Y pasaron los días y ahí seguía estupenda sobre el armario del salón. Y siete años más tarde sigue casi con el primer día: una maravilla. Así que es normal que repitiese al año siguiente con otro color y así sucesivamente. Y todavía me quedan colores…