Los congelados son un gran apoyo para los negocios de hostelería. Permiten tener un buen suministro de productos para poder atender la demanda, pero sin que estos tengan una caducidad rápida que haga que, en caso de que no se vendan, se produzcan pérdidas. Contar con un distribuidor de preparados carnicos congelados para hosteleria ofrece, además de la posibilidad de acumular mercancía, otras ventajas para cualquier negocio.

Lo más importante está en que los precios son estables. Mientras que los productos frescos varían de precio en función de la demanda y pueden llegar a ser muy altos en determinados momentos del año, los congelados no varían de precio. O pueden comprarse cuando están económicos para venderlos a un precio estable cuando suben.

Un buen ejemplo lo tenemos en cortes como las carrilleras, que durante las navidades tienen una gran demanda ya que son una de las opciones favoritas de las cenas y comidas de empresa. Si se compran frescas, en esta época del año resultan complicadas de encontrar y su precio se eleva, mientras que congeladas pueden conseguirse siempre a precios idénticos.

Otra de las ventajas de los cárnicos congelados está en que se ahorra mucho tiempo en determinadas elaboraciones. Por ejemplo, no es lo mismo comprar hamburguesas ya elaboradas o productos como san jacobos o cordon bleu especialmente pensados para menús del día o platos infantiles, que tener que realizarlos cada día.

Los productos congelados de este tipo se preparan de forma inmediata, por lo que no es preciso siquiera descongelarlos y no hay que calcular cuántos hay que quitar para cada día, sino que se van cogiendo en función de las necesidades. Nadie se queda sin su comida y no sobra nada.

Nos encontramos también con otra ventaja, la asociada a los puestos de comida rápida. En estos lugares, no solo se cuenta con los productos cárnicos congelados más típicos como hamburguesas o perritos, sino que también se utilizan otros congelados como las patatas para ofrecer menús muy rápidos de hacer y que se pueden preparar al instante.

Los congelados, por último, permiten elaborar los menús con mucha antelación ya que sabemos exactamente con qué vamos a contar y no vamos a depender del mercado de frescos. Así que se puede realizar este trabajo con comodidad y seguir los menús de forma cíclica sin tener que acomodarse a la estacionalidad de los productos principales.