Por suerte, ya quedó atrás aquella época en la que el pádel se asociaba exclusivamente con un deporte que practicaba cierto ex presidente del gobierno. El pádel se ha convertido en una actividad deportiva al alza por su moderada exigencia física, por la sociabilidad que ofrece y porque cada vez hay más pistas… Sin esto último, obviamente, no podríamos jugar.

Lo de la sociabilidad es un elemento importante en el éxito del pádel. A este deporte deben jugar, como mínimo, 4 personas. Es un número muy adecuado. A aquellos que les guste el fútbol, por ejemplo, sabrán lo difícil que es a veces organizar un partido de fútbol sala porque, al menos, se necesitan diez personas. Pero 4 es un número perfecto: siempre tendrás un amigo que juegue y siempre ese amigo podrá conocer a otros dos…

Con la moda del pádel abundan también los torneos amateur. En mi urbanización ya llevan cinco ediciones del torneo que se ha convertido en uno de los más populares de la zona, por lo bien organizado que está. Este año han tenido un montón de inscripciones, y ya viene gente de fuera del barrio a jugarlo.

Los que lo organizan se lo trabajan mucho. Este año, han preparado con mucho mimo los detalles, incluso creando un logo propio para el torneo. Con el pago de la inscripción, además se ofrecen algunos extras como una pequeña mochila con  cinta personalizada, todo con los colores del logo del torneo. Todo un lujo para tratarse de un torneo de barrio.

Recuerdo cuando arrancó el torneo hace unos años y solo se apuntaron cinco o seis parejas de la urbanización. Casi hubo que pedir por favor a alguna pareja más que jugara para hacer unos cuartos de final en condiciones. Todo el mundo sabía quién iba a ganar porque había una pareja muy superior al resto, pero fue divertido. Por aquellos tiempos no había ni mochilas con cinta personalizada ni logo ni nada. Creo que después de la final hubo un reparto de bocadillos y bebidas para jugadores y algún que otro aficionado, pero nada más… Cinco años más tarde esto ya parece el World Padel Tour.