Las películas de Hollywood, así como determinadas canciones que todos tenemos en mente, nos hacen pensar que el regalo de un anillo va unido a una petición de matrimonio. Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, en España, el anillo de pedida no cuenta con una gran tradición y lo habitual en muchos casos era regalar una pulsera. 

Por eso, aquí las sortijas se regalan en muchas ocasiones y, aunque evidentemente son un regalo muy personal, como todas las joyas, no siempre tienen por qué ir de parte de la pareja. De hecho, los padres también pueden regalar sortijas a las hijas e incluso a los hijos ya que las sortijas son, en realidad, el nombre adecuado para los anillos más simples, los que son aros sencillos que pueden estar realizados en diferentes metales. 

La mayoría de nosotros utilizamos sortija o anillo como sinónimos independientemente de si hay o no adornos accesorios. Y así lo hacemos también a la hora de regalar. Muchos padres regalan anillos o sortijas a sus hijas cuando cumplen los quince. Aunque en España no es tradición celebrar esta edad con fiestas, sí que en muchas casas se hace una conmemoración para celebrar que la “niña” es ya una “mujercita”. En el caso de los niños, esta celebración suele elevarse a los dieciocho.

Una pareja puede regalar piezas tan bonitas como las sortijas Gold & roses Vigo a sus parejas para celebrar un aniversario especial o por el día de los enamorados. También las navidades son una ocasión lo suficientemente especial para el regalo de una joya de este tipo. Es tendencia regalar una joya por el nacimiento de un hijo, una manera de agradecer y de reconocer a la mujer lo que ha pasado a lo largo del embarazo y del parto. Las sortijas son una bonita forma de hacerlo.

Por último, muchas mujeres prefieren comprarse sus propias joyas, ya sea por una ocasión especial ya sea por propio gusto. No es mala idea porque sabemos que, de esta forma, no hay error posible y la elegida será sin duda alguna la que más guste. Para algunas, las joyas son una forma de ahorrar y de invertir dinero, llegando a tener una pequeña fortuna en este tipo de piezas, que pueden llegar a tener un gran valor y que cuando son de calidad, valen más que el metal del que están hechas.