La letra pequeña de los consentimientos 

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La mayoría de las personas que se someten a una operación quirúrgica o que hacen una prueba médica que incluye consentimiento no lo suelen leer muy a fondo. Es normal, se trata de un documento de tipo jurídico que sirve para informar al paciente, pero, sobre todo, para evitar problemas judiciales. Al firmar, el paciente confirma que “ha leído” todo lo que puede pasar durante la operación o durante la prueba, los riesgos a los que se somete, así como el tipo de tratamiento, operación o prueba.

De esta forma, el equipo médico, el hospital o el centro de salud se asegura un documento oficial que le exime de numerosos conflictos judiciales producto de que la operación o el tratamiento no cumpla su cometido inicial o suponga un mayor o menor trastorno para el paciente. Dicho así, suena un poco duro, pero es un proceso completamente normal teniendo en cuenta que estamos hablando de salud, que siempre es un tema muy delicado, pero también muy controlado a nivel legal.

No obstante, el consentimiento informado no evita que existan demandas por parte de los pacientes a los profesionales y/o al centro sanitario por negligencias médicas que pueden derivar de una de estas operaciones o pruebas. Como nos indica un grupo de expertos en negligencias medicas vigo la viabilidad de una reclamación sanitaria depende de cuatro factores esenciales.

La efectiva realidad del daño, el cual pueda ser evaluado económicamente, que el daño sea consecuencia directa de la atención médica, ausencia de fuerza mayor y que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar el daño causado por su propia conducta. En base a estos cuatro puntos trabajan los abogados. Demostrar que se cumplen esos cuatro puntos es a menudo una tarea compleja en la que debe hacerse una rigurosa investigación. 

Como nos señalan en el grupo de expertos en negligencias médicas Vigo, el consentimiento informado es un documento que tiene un papel primordial en muchas sentencias judiciales en el ámbito de las negligencias médicas, así que, a pesar de su carácter farragoso, se recomienda leer siempre cuidadosamente.