Intrusos 

Posted by in Formación

Lo admito. Yo fui un intruso. Hice trabajos como fotógrafo cobrando poco dinero y sin declarar. Generalmente eran trabajos de poca monta para amigos, conocidos, o conocidos de amigos. Alguien necesitaba un fotógrafo para algo, ya sea un evento, un concierto o algo así, pero no tenían apenas presupuesto y preguntaban por alguien que les hiciera el ‘apaño’. Y yo entraba en escena. Llevaba años haciendo mis pinitos en plan amateur y no se me daba mal así que era una manera de ganar algunas pelillas.

Pero todo cambió cuando decidí profesionalizarme viendo que aquello podía ser algo más que una afición y un negocio alternativo. Tampoco es que tuviera más opciones, pero como otras muchas personas que se aficionan a la fotografía nunca lo vi como una profesión real. Pero una vez que empecé a cursar un Master en Fotografía Artística y Documental entré en contacto con un sector totalmente profesionalizado. Y fue allí cuando me di cuenta del intrusismo que yo y otros como yo cometen constantemente en esta clase de oficios.

Entiendo que una persona que quieran una sesión de fotos y no tenga presupuesto no pueda acudir a un fotógrafo profesional. Viene a ser lo que haría alguien que precisa una pequeña obra en casa y no quiere acudir a una empresa. Si conoce a algún albañil o bien tiene un ‘cuñado’ con alguna noción del tema pues se lo encarga y se ahorra un dinero. Ahora bien, no tendrá ninguna garantía de que la obra vaya a quedar bien al 100%. Pero si un cliente busca una obra seria y no quiere fallos ni líos, acudirá a un profesional que le haga una factura.

Lo mismo sucede en la fotografía. Al fin y al cabo, una vez terminé el Master en Fotografía Artística y Documental me convertí en un profesional y dejé de hacer trabajillos. Si alguien quería mis servicios le ofrecía mis tarifas. Mis clientes cambiaron y los amigos dejaron de pedirme favores… sin cobrar. Sigo entendiendo a los amateurs que hacen favores, pero ya no juego en esa liga.