El secreto está en el detalle 

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Cuando tienes un restaurante, no puedes aspirar a acertar siempre con cada uno de los platos que preparas. Pero en lo que no se puede fallar es en la selección de los ingredientes. Esa es la base de cualquier restaurante: contar con productos de calidad para llevar a cabo las recetas. Desde luego que no todos los negocios apuestan por productos de calidad. En ocasiones, ni siquiera es su propia responsabilidad, ya que la mayoría de veces dependemos de productores y distribuidores. Pero en nuestra mano está exigirles que nos ofrezcan los alimentos de máxima calidad.

¿De qué forma llegan esos alimentos a mi restaurante? Pues supongo que como les pasa a otros colegas, de diversas formas. Por un lado, está el mercado, al que acudo siempre que puedo, especialmente para adquirir los productos más delicados o que tienen una mayor importancia en mis menús. En este sentido, ya tengo confianza plena en los carniceros y pescaderos a los que les suele comprar el género.

Pero, desde luego, no siempre puedo ir a comprar los productos frescos al mercado, ya sea por falta de tiempo o porque necesito más cantidad de producto de la que me ofrecen en los mercados. Y es así cómo debo confiar en distribuidores como un distribuidor de cebolla congelada para hosteleria. Ellos se encargan de trasladar los productos de los propios mercados a los restaurantes. En algunos casos, se trata de alimentos congelados.

¿Y por qué congelados? Precisamente para mantener la calidad del producto. Determinados alimentos, si no se consumen en el momento o en pocos días pierden sus beneficios y su calidad. Todos preferimos trabajar con productos frescos, pero no es siempre posible y no es realista tener una carta de diversos platos en los que todos y cada uno de los ingredientes sean frescos. Es imprescindible contar con alimentos congelados si queremos proporcionar a los clientes una buena cantidad de platos.

Así es como yo apuesto por socios como el distribuidor de cebolla congelada para hostelería, pero siempre con la garantía de que lo que me va ofrecer es un alimento de calidad desde el propio proceso de recolección hasta el envasado.