Nada como que algo te salga rematadamente mal para aprender la lección. Hace ya muchos años, mis padres heredaron una casa en el pueblo que necesitaba diversas reformas. Recuerdo que ver a los operarios yendo y viniendo de acá para allá y yo acompañar a mi padre a gestionar la reforma. Por aquellos tiempos, mis padres apostaron siempre por los presupuestos más baratos porque no estaban muy convencidos con aquella casa… Y así acabó todo.

Fue un desastre, empezando por la humedad y acabando por el ruido. Los materiales que se usaron en la reforma fueron de muy baja calidad y tiempo después no hubo otra opción que malvender la casa ya que no quisieron seguir invirtiendo dinero en aquel pozo sin fondo. Todo aquello me sirvió de lección a la hora de construir mi nueva casa.

En un terreno al que ya le había echado el ojo hacía años, cerca el pueblo, decidí construir una casa. Esta vez de cero, y esta vez con empresas de confianza. Para el aislamiento acudí a una firma especializada en Insuflados de celulosa y lana mineral en Pontevedra con reconocido prestigio. Una casa es un asunto tremendamente serio y aunque nadie quiere gastar más de la cuenta, sé por experiencia que si solo piensas en el coste, el tiro te puede salir por la culata unos años más tarde. 

En nuestro caso lo que queríamos era un buen aislamiento térmico porque la zona en la que está construida la casa puede ser muy fía en invierno y, además, con mucha humedad. El tipo de material con el que se revisten las casas es muy importante de cara a protegerse de las inclemencias del tiempo lo que, además, ahorra en calefacción. 

Con todo, no solo se trata de tener buenos materiales para construir una casa, sino también profesionales efectivos que sepan con qué trabajan. En el caso de la firma especializada en Insuflados de celulosa y lana mineral en Pontevedra tienen años de experiencia en el tratamiento con materiales de esta clase. Esta vez, la casa resistiría muchos inviernos sin necesidad de más reformas.