El mercado audiovisual está cambiando de forma radical, tanto en relaciones a las grandes producciones como a las más modestas. Recuerdo cuando los grandes estudios americanos miraban por encima del hombro la irrupción de Netflix y otros servicios de video bajo demanda hasta que estos empezaron a producir sus propios contenidos, y estos contenidos de producción propia empezaron a arrasar. El mundo está cambiando y los actores debemos estar preparados. 

Además, a toda esta revolución audiovisual que se está viviendo gracias a las nuevas tecnologías se suma la extraña situación de este año 2020 en el que, de repente, muchos sectores se han parado de forma abrupta, caso del teatro que ha afectado a muchísimos compañeros. Aprovechando este impase he decidido iniciar un Master en Interpretación Audiovisual para apuntalar mi formación y estar preparado para un futuro que se prevé apasionante pero que también se ha complicado por el dichoso virus.

Hace días, muchos compañeros hacían un acto en el que mostraban con unos ataúdes lo que le estaba pasando al sector de las artes escénicas debido a las restricciones asociadas al virus. Pero claro, ni las autoridades ni los ciudadanos de a pie están muy por la labor de preocuparse ahora de las artes escénicas y de los profesionales vinculados a ellas. Es momento de luchar por nuestros derechos, sí, pero también de replegarse y adaptarse a las circunstancias. 

En previsión de que, posiblemente, haya menos trabajo en los próximos meses, el hecho de apuntarme a este Master en Interpretación Audiovisual puede ser para mí un soplo de aire fresco. El plan de estudios me parece ideal para alguien como yo: una manera de consolidar conocimientos, probar cosas nuevas, y estar en contacto con otro lado de la industria. Y cuando lo termine espero que la situación se haya enderezado un poco. 

Al fin y al cabo, como dije, el sector audiovisual vivía en los últimos años una situación realmente apasionante: la cultura del entretenimiento estaba al alza y eso suponía más oportunidades para los actores. Veremos si para el año que viene recuperamos la esperanza.