Soy un gran fanático de los baños, creo que muchos lo somos. Lo primero que hago cuando llego a un hotel es mirar el baño, las calidades de este espacio suelen la mejor guía para conocer la calidad de un hotel. Lo mismo se puede decir de los restaurantes o bares. Hay quien dice que el baño es el espejo de un local de hostelería: si está limpio y cuidado, podemos confiar en ese local, si no lo está…

En el hogar, el baño es una parte esencial, es como la guinda del pastel en la casa. La reforma baño suele dejarse para el final porque se considera que la cocina, por ejemplo, es más importante, pero muchas personas solemos invertir un poco más en el baño. Yo soy de los que fantasea con todo tipo de duchas de hidromasajes, jacuzzis y demás. Todos estos elementos no son precisamente baratos, pero si se puede, dan un toque magnífico a la casa, son el extra de confort que nos hace sentirnos realmente a gusto en casa.

¿Pero cuánto puede costar exactamente una reforma baño? Por supuesto, el presupuesto puede variar muchísimo de una casa a otra, pero refiriéndonos a casos comunes, ronda los 4.000 euros. Ni que decir tiene que los metros cuadrados a reformar son claves en el precio final: un baño palaciego costará mucho más que un baño de una casa de 40 metros cuadrados.

Las instalaciones también son importantes. Las calidades, los materiales y las firmas hace que el presupuesto varíe pero no tanto como podría parecer. Por ejemplo, yo soy de los que considera el bidé una instalación necesaria, pero he vivido en diferentes casas sin bidé y al final te tienes que adaptar. No obstante, los alicatados y los suelos son los que disparan el coste de las reformas en la mayoría de casos.

Además, hay que tener en cuenta los imprevistos, sobre todo si se han de cambiar instalaciones antiguas que pueden dar problemas (acometidas, desagües, etc.) y podrían hinchar el presupuesto. En definitiva, reformar un baño no es barato, pero es esa guinda para el pastel que a todos nos entusiasma.