4 trucos para unas vacaciones perfectas

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  1. Olvídate de conducir. Conducir es una de las principales causas de estrés durante  las vacaciones ya que al no conocer el lugar de destino nos vamos a sentir en todo momento bajo presión. Si vas a visitar una ciudad, como Málaga por ejemplo, deja el coche en un parking Malaga centro y camina. Una cosa es conducir por autovía para llegar al destino y otra es pasarse al volante todas las vacaciones. Renuncia a una comida fuera de casa y ya tendrás presupuesto para taxis en tus vacaciones en ciudad, ¿no crees que merece la pena? Para desplazarte a lugares un poco más alejados busca excursiones turísticas.
  2. No seas tacaño con el hotel. El hotel será tu casa durante las vacaciones y coger uno que no reúna las comodidades mínimas hará que estés mal a gusto. Puedes pensar que al hotel solo vas a dormir y que por tanto, no hace falta mucho. Pero estás de vacaciones y es fundamental dormir en una cama cómoda que te haga estar descansado, tener una ducha en condiciones en la que poder recuperarte tras una caminata o un día de playa y contar con un buen aislamiento para no escuchar los ruidos del resto de los huéspedes. También debe de tener una buena situación para no acabar perdiendo mucho tiempo en los desplazamientos.
  3. No te marques una agenda ejecutiva. No tienes que cumplir objetivos cuando estás de vacaciones. Fija las cosas más importantes para ti pero olvídate de tener el tiempo perfectamente medido. Si estás dando un paseo y encuentras un paisaje que te enamora, no dejes de disfrutarlo porque tengas pensando ver todo ese lugar antes de la hora de comer. A veces, menos es más y este es uno de esos casos. Si disfrutas de ese momento y saboreas esa visión, tal vez te sientas mucho mejor que si has visto todo el barrio corriendo de un lado para otro.

4.Haz exactamente lo que te guste. No tienes que hacer nada que no te apetezca en vacaciones. Por ejemplo, si adoras la playa y tomar el sol, no tengas ningún tipo de culpa por pasarte todo el día en la playa tomando el sol. Incluso si estás en una ciudad con una maravillosa oferta cultural, eso no quiere decir que estés obligado a consumirla. Son tus vacaciones y es tu tiempo, tú decides qué hacer con él.