De mayor quiero ser neoyorquino

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Mi vuelo procedente de Atlanta sobrevoló Manhattan y pude ver por primera vez, en directo, la ‘manzana’ más famosa del mundo. Llevaba desde tiempos inmemoriales con ganas de conocer aquella ciudad, o más bien aquel distrito de aquella ciudad: porque Nueva York es mucho más que Manhattan, pero eso solo lo descubres cuando estás allí.

Manhattan cada vez se parece más a un gran parque de atracciones para turistas. Atrás quedaron los tiempos en los que pasearse por la calle 42 a las 2 de la mañana era un ejercicio de alto riesgo. Nada sucede ya en Manhattan: todo es lustroso y cool, todo son tiendas que venden batido 100% natural, todo reciclado y sostenible… y muy caro.

En Manhattan ya no hay (casi) nada auténtico porque es un barrio que se ha tomado tan en serio su imagen que se la ha llegado creer. Sí, hay personas que viven en Manhattan, pero pocas son personas ‘normales’ porque el precio del metro cuadrado en The Big Square está al alcance de muy pocos.

Por eso, cuando pasas unos cuantos días paseando entre turistas en Manhattan, empiezas a darle la vuelta al mapa y a buscar algo más allá. Que sí, que está muy bien el batido 100% natural y el muffin, pero uno quiere conocer un barrio de verdad en Nueva York, algo que no huela a película romántica. Y para eso está Staten Island. Tal vez sea menos vistosa que Manhattan, pero allí no te encuentras con tanto turista y sí con gente (más o menos) normal.

Porque en realidad, y esto lo dicen los propios norteamericanos, Nueva York es la ciudad menos americana de Estados Unidos. Si uno quiere conocer de verdad el corazón del país, hay que alejarse de las costas, y penetrar en el Medio Oeste… pero eso es otra historia.

Mi experiencia en Nueva York, más allá de Manhattan, me dejó ganas de más, me dejó ganas de conocer a fondo Queens, donde están los verdaderos barrios étnicos,de la ciudad, más allá de la gran mentira de Little Italy, por ejemplo.