¿Cuáles son los principales elementos de una cortina?

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Tan decorativas como funcionales, las cortinas son mucho más que un simple pedazo de tela. Protegen el mobiliario de la radiación solar, aumentan la privacidad en interiores y elevan el valor ornamental de puertas y ventanas. Su aparente sencillez de diseño es engañosa, pues son muchos los elementos y piezas —rieles, alzapaños, perfiles, etcétera— que componen la estructura de una cortina.

 

Una de las partes de una cortina más notorias es la tela, un rectángulo de poliéster, algodón, lino, viscosa, lana o PVC de unos 130 centímetros de ancho y altura variable. Dependiendo del tipo de cortina, esta tela puede reemplazarse por lamas verticales u horizontales, además de paneles japoneses.

 

Generalmente, esta pieza de tela cuelga de una barra de madera, aluminio, plástico u otro material por medio de presillas, aros o ganchos. Determinados diseños de cortina sustituyen la barra por rieles de soporte, que facilitan su recogida y extensión con ayuda de un cordel. Este mecanismo agrega un plus de comodidad, pero incrementa el riesgo de averías y roturas con el paso del tiempo.

 

La mayoría de cortinas incorporan perfiles laterales que previenen el deshilachado de la tela y le agregan una mayor solidez y uniformidad. También incorporan una pieza similar en la parte inferior de la cortina, denominada perfil de peso, cuya finalidad es facilitar la caída y evitar la aparición de arrugas y deformidades.

 

Por otra parte, la cortina puede presentar accesorios y ornamentos, que además de incrementar su atractivo, mejoran su funcionalidad. Un buen ejemplo de estas cualidades es el alzapaños, diseñado para facilitar la recogida de la cortina. En su lugar, pueden utilizarse cordeles de variado diseño, equipados a menudo con adornos imantados o enganches que permiten su unión sin dificultades; otros modelos incluyen una simple borla o tassel de tela, que desempeña un rol ornamental sin mayores aspiraciones.